“Durante varios años me dediqué a la danza contemporánea profesionalmente. Una lesión en la espalda y en la rodilla me llevaron a tomar la decisión de tomarme una pausa y hacer otras búsquedas con el movimiento que me permitieran tramitar esos dolores desde una consciencia del cuidado y el respeto hacia mi cuerpo. En ese camino llegué al yoga (una práctica que desde hace dos años me ha permitido transitar por distintas posibilidades donde convergen el trabajo físico, mental y espiritual) y posteriormente a descubrir los beneficios del masaje tailandés. Después de mucho tiempo de acostumbrarme a un cuerpo adolorido de manera permanente, la combinación de estas dos experencias (yoga y masaje) me devolvió una sensación de bienestar que había perdido totalmente en algún momento. Había probado distintos métodos para trabajar esos dolores y se convertían más en acciones paliativas que en una recuperación a la largo plazo. Hoy agradezco infinitamente el encuentro con Camilo quien fue mi guía y acompañante en este proceso de sanación.”